lunes, 14 de mayo de 2012

Todo cazador se rinde alguna vez


23/04/12
A partir de la lectura del cuento “El camaleón que finalmente…”, elegir un refrán y elaborar tu propio microcuento. En el final incluirán el refrán y en el desarrollo enunciar la moraleja.
·         El pez por la boca muere.
·         A caballo regalado no se le miran los dientes.
·         En boca cerrada no entran moscas.
·         Más vale pájaro en mano que cien volando.
·         La culpa no es del chancho sino de quien le da de comer.
·         No le busques la quinta pata al gato.
·         Gato con guantes no caza ratones.
·         Perro que ladra no muerde.
·         Pájaro que comió, voló.
·         Cría cuervos y te sacaran los ojos.
·         El zorro pierde el pelo pero no las mañas.
·         Aunque la mona se vista de seda mona queda.
·         Aramos dijo el mosquito al buey.
·         Chancho limpio nunca engorda.
·         Cuando el gato no está los ratones bailan.
·         Más contento que perro con dos colas.


Todo cazador se rinde alguna vez
En una estancia de la llanura pampeana, vivía Najul, un gato muy adiestrado para cazar. Era un gato que intimidaba era robusto, pardo, y tenía la cara rara ya que se había recuperado de una pelea en la cual había sido lastimado.
Como en todos los campos, los ratones abundaban y no paraban de hacerles la vida imposible a los humanos. Por esa razón el gato era el encargado de cazarlos. No solo los capturaba, sino que algunos ratones decían que también se los comía, ese era el peor miedo de ellos. Nadie se acercaba a su dulce y acogedor hogar gatuno, todos temían.
Durante semanas Najul esperó que salieran los ratones de su escondite, pero al parecer ya habían aprendido la lección y no tenían pensado salir hasta que el gato no se fuera. Día y noche, él los esperaba en la puerta de la ratonera, pensaba “En algún momento saldrán por comida y los atraparé”. Ese momento nunca llegaba, aparentemente los ratones tenían una enorme reserva de alimentos en su pequeña casita. Pasaron meses y no salieron, entonces cansado de esperar, Najul se fue a buscar presas a otro campo. Cuando los ratones veían la silueta del gato a varios kilómetros, decidieron salir.
Salieron contentos de que al fin había terminado la pesadilla. Como modo de festejo realizaron un grandioso baile y un abundante banquete. La celebración fue totalmente inolvidable para ellos, el baile fue sensacional, y permanece en el recuerdo de cada uno de ellos. Cada año festejan el aniversario de ese gran día.
De ahí proviene el refrán: Mientras el gato no está los ratones bailan.

Carla Fidanza

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