Es pura coincidencia
que en cada baño
que alquilo
el espejo me reciba
de frente?
Y eso que a mí
me gusta verme de costado
de perfil del lado derecho
pero ellos se obstinan
en darme la bienvenida de frente
como diciéndome
-“ llegaste, reflejo de vos y de mí
y de la transparencia”-
Lo aceptable es que son
siempre cuadrados
no me gustan los espejos redondos
me hacen acordar a la bruja
del cuento Blancanieves y …
tan ovalados que
distorsionan la imagen
Aunque sigo viéndome de perfil
este espejo que alquilo ahora
tiene algo especial
está por debajo del ventiluz
y siempre está alumbrado
encendido
aun de noche
porque las estrellas
-las tres Marías
que se ven desde la abertura-
posan siempre
sus patitas
allí y eso haga quizás
que el vidrio espejado
brille.
Cuando me hablo de mí
no lo hago frente al espejo
pero sí en el baño
como un confesionario espiritual
como una sala psicológica
como la cumbre de una baja colina
detrás de la barda rojiza
y si me digo algo reprochándome
el baño se oscurece
esperando el perdón
que está por venir
de boca mañanera.
En el baño se exteriorizan
las culpas propias
y se piensa en un baño
cada vez más espacioso.
de Habitante de paso, inédito, 2012