El cielo de hoy
fogoso opaco
a la altura de mis hombros
gris vestido de cenizas
a la retaguardia de
Puyehue que sigue
haciéndose ver
como la vecina de enfrente
que se pasea desde su balcón
erguida y desnuda
con ciruelas
y un saxo
en sus manos
que rompe
la postal y lo ardiente
del cielo
Debajo
el jardín aguaseca
que cobija a las plantas
que reniega con el cielo
de la sequía semanal
en un diálogo sin didascalias
sin acotaciones
ellos solos personajes
sin telón
Las calas, protagonistas fueron hace
unos meses
sus flores, blancamente
blancas
han hibernado
y le dieron la primicia
a los damascos
dulces y naranjas
que se suicidan
unos a unos contra
la tierra pidiente
para hacerlos dulce
mañana por la mañana
Un sauce joven
casi quebradizo
aúllan sus hojas en picada
en ristras caen desmayadas
sus ramas
como rosarios sin rezar
En frente le hacen señas
los malvones
testarudos y siempre a la vanguardia
con sus damitas rojas -
cortando cabezas
emulando a la Reina Roja-
son los amos del cantero mayor
con sus cetros siempreverdes
follándose
a las cañas de bambú
tan pulidas y suaves
tan huecas por dentro
queriendo sonar con la brisa
que hoy no llega
sin sonajero está
el jardín, hoy
Y guacho al costado del senderito
de huellas enquistadas
el olivo extrañando
su Monte
su dios
las manos de Apolo
cosechándolo
para óleo bacanal
Desde mis hombros
huelo a lluvia
lejana
que tiene miedo
de llegar
Madreselva y sus hermanas
apoyadas en los paredones
abrazadas
miran la función
desde afuera y ríen
son mayoría
y guardan gotas
en sus pies de tacos de raíces
para tardes como hoy
tienen gotas en los
pies y no convidan
Un cowboy flacuchento
desde la maceta
apuesta
todas sus espinas
a que él morirá
último
si la lluvia no germina
si la tierra no delira
como Medea en alta mar
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